Es surrealista como dos ciudades como Elche y Alicante, separadas por apenas 30kilómetros pueden estar tan lejos y tan cerca, a la vez.
Las artes no son más que una manera de jugar con utopías y lo que parece imposible para tantas cosas, no es obstáculo, a la hora de bailar. Quizá por eso es tan importante que un Festival como ABRIL EN DANZA siga creciendo, sin prisa, pero con criterio, sin alardes, pero con el respaldo de la gente… y como siempre, con los matices establecidos abriéndose al público más exigente y al que pasea por la calle.
El paso más allá de esta edición del 2019 es la inclusión. Habrá formación, educación, Divulgación, galas, producto autóctono y visitas de lugares dispares como Italia, Bélgica, Madrid o Barcelona.
Porque la Danza va más allá de lo clásico o lo urbano. Y de eso sabe un rato Asun Noales, idearia de esta locura, que se permite el lujo de hablar con devoción de la juventud de Diana Grysailo o los miembros del Proyecto Good, y, en contraposición, del principio de la despedida de los escenarios de Thomas Noone. También sabe matizar la importancia de estrenar obras como «Social Animal», se enorgullece de haber convencido al ogro valenciano de que nos ceda el gusto de ver por primera vez a Sol Picó, rodeada de cinco bailarines alicantinos representando «Animal de séquia«.
Superada la amarga crisis económica, las puertas de las Concejalías de cultura de Elche y Alicante siguen abiertas, las tablas de Flow, el Teatro Principal, del Gran Teatre o de L´Escorxador albergarán danzas contemporáneas y clásicas, igual que las calles. Y, sí, también habrá sitio para un documental, para exposiciones, para que el público se sorprenda y para que los jóvenes aprendices muestren de qué pasta están hechos.
Ya asoma el mes de la danza ¿ Y qué es la danza? el milagro de poder bailar en dos ciudades.
Deja una respuesta