Del 23 al 26 de septiembre Alicante se vestirá de negro para celebrar la I Edición de Alicante Noir, un proyecto que tiene el fin de convertirse en referente cultural en cuanto a integración se refiere, pero que, una vez más, viene de Barcelona a plantar semillas que aquí han crecido ya, de la mano de, entre otros, Mariano Sánchez Soler.
Nadie discute a Eva García Sáenz de Urturi, autora galardonada con el premio Planeta 2020, como madrina de un evento que pretende dar visibilidad a la mujer como escritora del género, promoviendo un entorno igualitario y, del mismo modo, dando cabida a la literatura independiente. Pero ¿qué hay más independiente que lo que fluye de manera natural en las librerías locales, en las relaciones ya establecidas entre lectores, libreros y escritores?
Pues eso, tras la hostia de la Feria del Libro, ahora el color negro toma el relevo en este sinsentido relativo que juzgaremos más minuciosamente, cuando se desgrane la programación y los literatos locales se pronuncien sobre si un par de grandes nombres, pueden convivir con todo el entramado de narrativa y poesía que crece cada día en esta ciudad con más lectores, que, por ejemplo, melómanos musicales. Porque a veces, la realidad, supera a las ficciones relativas con envoltorios voluminosos e interiores vacíos.
La propuesta, fue presentada en en el stand de Alicante de la pasada edición de FITUR. Entendemos que la vicealcaldesa, a la que rara vez hemos visto en los actos de Pynchon, 80 Mundos, la SEU o la Casa Bardin, piense que la literatura es algo así como un turista borracho, que olvida sus vacaciones pasadas cuando prepara las siguientes. Pero, aunque ella no lo sepa, a Alicante, viene ya mucha gente «en cercanías» a hablar de comedias, dramas y novela negra.
Es magnífico que haya aportaciones malagueñas, thrillers barceloneses y lo que quieran. Pero, en nuestra modesta opinión, es un grave error, obviar las piedras edificadas por los profesionales locales del sector. Y no hubiera estado de más, aparte de vender una «primera edición», echar un vistazo en la sección de libros y proyectos autóctonos, para poner en valor a Alicante, a su literatura y a las conexiones intrínsecas de un día a día de Poetry Slam, presentaciones, recitales, entrevistas, convenciones, exaltaciones de géneros minoritarios y más feminismo que el que un simple nombre, amadrinando, puede transmitir.
Porque no nos engañemos. A veces, no hacen falta ficciones ni tramas, para cometer un crimen. Basta con no documentarse correctamente, o no valorar en su justa medida el pequeño movimiento que conforma el resto del terremoto. Y sabéis que la modestia es un bien que los adeptos a algo valoran más que el ruido de esas excavadoras que destruyen sin pensar qué, cómo, cuándo… ni dónde.
PD: Los cachés, se pagan. Y cuando se viene a una ciudad a aportar, conviene que la riqueza se reparta entre l@s que aquí comunican, visten, escriben, juzgan y cortan el bacalao durante todo el año. Porque sin esa premisa, cuesta creerse que haya una segunda edición. Pero para eso, hay que ser editora, librera o gestora, no política.
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