Dicen que de una comparación siempre sale uno mal parado… pero no tiene porqué…
A veces, simplemente, se ponen cosas en la balanza para ver qué es exactamente lo que la acaba desnivelando. En el caso de una lucha utópica Murcia vs Alicante, lo más obvio sería que los «panochos» se venden mejor que nosotros y, seguramente, están mucho más ordenados, tanto a la hora de repartir, como de difundir lo que hacen.
Ellos tienen una maquinaria más sólida y muchos años de experiencia en cosas que aquí, a una gran parte de los artistas, le suena a Chino: Producción, Difusión, Colaboración, Financiación público-Privada…
Seguramente, inconscientemente, se ha ido conformando una industria musical en torno a la consolidación de Salas como REM, Garage Beat, La Yesería o la Sala Musik, que unidas al Auditorio Víctor Villegas, al Teatro Circo y al Romea, o a los eventos puntuales en el Cuartel de Artillería o el Parque Fofó, la Plaza de Toros o la Fica dotan a Murcia de una infraestructura sólida, en muy pocos kilómetros a la redonda, para que las bandas teloneras del Microsonidos, junto a otras salas especializadas como El Café de Alba (cantautores), la Sala Gamma (Heavy y sucedáneos de…), jazzazza (jazz)… emerjan de las cavernas de las que, muchas veces, las alicantinas no pueden escapar.
Las instituciones de nuestros vecinos optaron por el centralismo cultural hace mucho tiempo. Y a pesar de etiquetas puntuales como las que convierten a San Javier en la ciudad del Jazz, a Cartagena el centro neurálgico de las músicas del mundo con su «Mar de músicas» o a La Unión en paradigma del flamenco, Murcia capital abarca el 80% del pop y el rock que se mueve en la región. Tanto de la creación (locales) como de la puesta en escena.
Quizá por éso, es mucho más fácil establecer sinergias, englobar a las bandas en la etiqueta «indie», o «rock» y generar un público que, aparte de llenar las salas, ayuda a que festivales como el Warm Up (antes SOS), el Lemon Pop o el B-Side, lleven tantos años celebrándose y ayudando a que bandas como Second, Viva Suecia. Varry Brava, Ayoho, Nunatak, Poolshake o Neuman tengan cartel en el resto de España. No obstante, habría que reconocer que ayuda que referentes como M-Clan, Azul y Negro, Klaus & Kinski, Farmacia de Guardia ya recorrieron el camino antes.
Así no es difícil hacer alarde de «Murcianismo». Y quizá éso es lo que más sorprende al ir allí: el optimismo y la capacidad de convertir en tesoro todo lo que allí nace y crece.
Justo aquí es donde habría que empezar la comparación con Alicante. Porque para mí la diferencia más flagrante es precisamente ésa: la idiosincrasia, o lo que en mi pueblo decimos «creérselo». El individualismo es una de las grandes lacras del alicantino. Lo malo es que para crear un circuito, o dar forma a una «movida» hacen falta muchas asociaciones que aquí, por desgracia, no existen.
Es verdad que es más difícil, porque en nuestra provincia (que no Región, ni Comunidad) está todo más diversificado. En Alicante tenemos Stereo, sí, o la renombrada Babel Live Stage. En círculo relativamente cercano se puede meter la Sala Euterpe, la The One, la Nave Iguana… pero el resto del trazo nos lleva a Cox, con el TNT, a Pedreguer, con el Quatre Estacions, a Benidorm y su RockStar, a Denia, con La Mistelera, o a Orihuela y La Gramola. Cantidad y variedad hay para montar un circuito, o una asociación similar a la que se ha montado en Murcia (Live), pero hace tiempo que cada uno libra la guerra por su lado abrazado a un modelo que les da lo justo para sobrevivir. Por no hablar de los medios, que han trabajado el lado comercial mucho, pero no tanto el criterio. Lo que nos ha dejado un público idem, en la mayoría de los casos.
En el lado público ocurre algo parecido. Dependiendo de quién lo rija (Diputación, Consellería o Ayuntamiento) funciona de una u otra manera. Lo que tienen en común los teatros (Principal, Gran Teatre, Chapí, Arniches, Castelar, Cervantes…), los Auditorios (ADDA, Palau Altea, L´Escenari, Torrevieja…) y las Casas de Cultura (Cigarreras, Sant Joan, Mutxamel, El Campello, L´Escorxador, La Llotja, KAKV…) es la precariedad de presupuesto, la falta de un criterio concreto (ninguno se dedica exclusivamente a hacer algo) y como en las Salas privadas, la falta de comunicación entre ellos, el desinterés de saber lo que la ciudadanía demanda o lo que los artistas locales pueden necesitar para crecer.
Todo ésto lleva a que la Cultura sea la María de las Concejalías y, así, cada 4 años hay un cambio de dirección, o una vuelta a empezar (según se mire). Mientras en Murcia, ser representante de la cultura es un plus, o una catapulta, aunque sólo sea por las fotos que genera a los políticos.
Hay otra cosa que tienen en común los entes público-privados de aquí, y que, normalmente olvidan, que forman parte de un ecosistema común llamado Provincia de Alicante, y que un poco de imaginación y de unidad, podría resolver una parte de los problemas que la falta de dinero genera.
Eso sí, sin comunicación, no hay una agenda, o para mantenerla (como hacemos nosotros), nos volvemos locos. Sin Agenda no hay calendario. Sin Calendario, hay solapamientos estúpidos que llevan a disputas, y entre las discusiones y el pesimismo generalizado, se acrecientan problemas eternos como los horarios mal puestos, la falta de transporte público, o la distancia que nos separa de Valencia, que hace, entre otras cosas, que el reparto equitativo de ayudas y sinergias sea una utopía.
Como veis. Alicante parte con dos desventajas: el pesimismo y la falta de comunicación de los agentes que deberían conformar el circuito cultural de la provincia, o lo que es lo mismo, que haya muchos epicentros, en lugar de ser una ventaja, se ve como una especie de guerra de guerrillas que levanta fronteras ridículas, por ejemplo, entre Alicante y Elche (separados por apenas 20 kilómetros), Denia o Xabia con Benidorm o Altea, o Villena con Torrevieja o con Alcoy. Lo que debería ser una prerrogativa, lo convertimos en obstáculo, o más bien, en una guerra para saber quién lo hace mejor, que todos pierden. O siendo precisos, ganan los que con menos medios compiten mejor, llámese Villena, Sant Joan, El Campello, Pedreguer o Alcoy.
Éso sí, somos la provincia con más festivales, tenemos buenos productores (Santa Leonor, Baltimore, Un Fulgor de Moda Antónima, Movidas Ardilla, Meet & Live, Danra, Sufriendo y Gozando…). A pesar de no ser una tierra prolífica en salas, cada año pasan por aquí cientos de bandas de todos los rincones del mundo. Tenemos estudios de Grabación, escenarios únicos para grabar vídeos musicales, espacios al aire libre utilizables (por el buen tiempo), Teatros, auditorios, salas de cultura y salas privadas, separadas, pero a menos distancia de la que recorren muchos madrileños o barceloneses cuando van a un concierto. Y aunque nos faltan referentes, y esto es opinión personal, no creo que Futuro Terror, Las Infrarrojas, Rosy Finch, Monserrat, Los Antideslizantes, Los Manises, Konsumo Respeto, Vaquero Caballo o Vera Green, tengan nada que envidiar a muchos de los grupos que la petan por ahí.
Quizá no tengan un estilo que los englobe, pero cada vez hay mejores estudios de grabación, líneas abiertas con Madrid (a 2 horas en AVE) o Valencia, Murcia y Granada, que sí que tienen salas, Medios de Comunicación especializados…
Quizá si se unieran un poco, al menos para luchar por unos mínimos comunes, podrían ir más allá. Pero bueno, es viable reducir esa desigualdad con Murcia y con otras ciudades, si sabemos utilizar el tiempo que tenemos, la paciencia y, sobre todo, esa pelea que tarde o temprano, se acaba convirtiendo en diálogo.
El caso es prepararse para ese momento, porque justamente éso, es lo que puede equiparar, realmente, las cosas. Éso, y no creer siempre que somos una mierda. Los argumentos para ser optimistas están ahí. Sólo hace falta trabajar para acabar de unirlos. Siempre nos hemos caracterizado por tener imaginación. Quizá sea el momento de eliminar el pelotazo de la ecuación y pensar más en el bien general de nuestro entorno que en el propio personal. En ese punto, la esperanza puede convertirse en una realidad. Pero claro, hay que trabajar el criterio, la autocrítica y la profesionalidad y pensar que quizá sea la siguiente generación la que se aproveche del cambio que nosotros tenemos que empezar a bocetar.
albufereto dice
Demasiados intereses individuales en la provincia siempre ha sido así desde hace décadas… pero a nivel de discotecas y música electrónica y en general Estanis más cerca de Valencia que de Murcia aquí resida la diferencia en tu artículo.
Un abrazo