No es que nos guste repetirnos, pero Carnaval ha sido un dejavú de otras fiestas pasadas celebradas en Alicante. La diferencia es que ahora tengo una hija de 8 meses y ver el panorama cutre salchichero que divierte a un alto porcentaje de la ciudad «da miedito».
Para el que organiza el sarao es fácil. Básicamente, se tiene que preocupar por tener una cantidad ingente de bebida. Lo demás importa poco… no hace falta música buena, ni atractivos para niñ@s… ni siquiera basureras (que para eso están los servicios de limpieza), ni vasos reutilizables, ni contenedores amarillos (o verdes) para reciclar.
Hoy siento envidia de la sorna de las Chirigotas, de los desfiles, de los Mardi Gras, de la samba brasileña y de los que teatralizan la tradición del disfraz. Y me da pena que beber, ensuciar y hacer ruido sea el único concepto de fiesta que se les ocurra al 75% de los alicantinos. El 15% de los que se disfrazan se han pasado la semana en la Plaza del Carmen y el resto se fue a Sant Joan, como en Reyes se van a El Campello, o en Hogueras a Carolinas.
Una conocida, estupefacta como yo, se me acercó y me dijo: «espero que hoy te vayas a casa sabiendo lo importante que es el trabajo que haces». Y sí, en alicantelivemusic.com tenemos claro que defender la cultura va más allá de la diversión… exige didáctica, educación del criterio y el deseo de que, en unos años, algunos alicantinos más EXIJAN más imaginación que alcohol a los concesionarios de estas fiestas.
En fin, que este año ni vamos a poner foto, ni vamos a citar incongruencias como que las autoridades se vanaglorien de una fiesta 0.0 el viernes y luego Beefeater patrocine el botellón made in 40 principales de La Rambla, mientras ves como el sábado a la mañana cientos de niñ@s buscan un plan por las calles y los foguerers captan adeptos a la cutrez en la Plaza Nueva.
Si esto es lo que somos: ¡qué triste!
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