A veces, algun@s necesitan una explicación pormenorizada de situaciones lógicas y cotidianas. Y aquí, a parte de fomentar la cultura, tratamos de promover conductas cívicas. aprovechando que cientos de personas leen y comparten nuestros artículos.
El lunes hablábamos del innecesario enfado generalizado y hoy nos hacemos eco de un problema evidente para los que transitamos por las aceras de las ciudades: las colas de espera.
Quizá se nos ha olvidado cómo hacerlas, porque no estamos acostumbrados a esperar (lo queremos todo para ya). Pero con las restricciones de aforo del Covid-19 son inevitables, así que recurrimos a quienes más saben de esto: los japoneses para buscar una lógica y una rutina que sirva para todo.
Japón está lleno de rayitas en el suelo que indican el sentido de las filas en el metro, en el «take away» de Gyozas, o en las tiendas de discos. En las que no hay esas indicaciones, las 3 premisas son sencillas:
- Las colas van pegadas a la pared para no molestar el tránsito en las aceras y facilitar la salida por el lado opuesto.
- Hay que dejar una distancia relativa (por norma ahora: 1,5 metros) entre cada persona que hace cola.
- La fila está limitada, es decir, si ya hay esperando 5 o 10 personas y al ponerte tú en la cola estorbas la entrada a un portal, u otro negocio: debes irte a otro lado, o darte una vuelta hasta que la aglomeración se despeje.
Este último punto es el más importante, porque obliga a pensar al ciudadano sobre cómo, cuándo, dónde y por qué, hay que ir a una hora u otra a comprar.
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