Ayer discutiendo sobre determinados matices del #COP25 del que todo el mundo habla como el hecho de que quienes lo patrocinan son las empresas que más contaminan en España, que son las mismas que hoy copan las portadas de los grandes periódicos nacionales… el discurso y los compromisos de Pedro Sánchez (que ya veremos), o que este sea la 24ª Cumbre del Clima, 24 reuniones que han cambiado poco viendo que ni Trump, ni los chinos, ni Merkel, ni Macron han aparecido por Madrid.
Tras los discursos baldíos y las portadas, me di una vuelta por el cabo de las Huertas y vi un contenedor marrón delante de un colegio. No sé si estaba ahí como decoración o qué, pero sí que me llamó la atención y me llevó a pensar cómo afecta el cambio climático a Alicante: la segunda ciudad más sucia de España, en la que hay proyectos pequeños como Actuamos Alicante que limpia las playas y los montes, pero en la que se nota bastante poca actitud crítica ante la contaminación y la necesidad de cambiar las cosas por parte de los políticos y los ciudadanos.
Como no hay un proyecto de ciudad, es obvio que como pasa en la cultura, en la gastronomía, en el deporte… también en ecología vamos a salto de mata, poniendo parches y quitando hierro a problemas como que el nivel de plástico en el Mediterráneo sigue in crescento, o que seguimos dejando mucho que desear en temas de reciclaje, o que acabamos de vivir un Black Friday de consumismo exacerbado, que hay un debate sobre la terminal de graneles en el puerto que nadie acaba de resolver, de contaminación acústica en el centro, el porqué de la Dana que sufrimos hace no demasiado tiempo, los peces flotantes del Mar Menor… y así, en mi paseo, me voy encontrando con mierdas de perro, basura amontonada, colillas por las aceras, gente que sale del Mercadona con bolsas de plástico, coches y más coches mientras los carriles bici están vacíos…
Todo parte de la educación y el civismo, algo en el que hay que invertir un tiempo que no tenemos y un dinero que vuela no sabemos a donde. Al llegar a casa la pregunta que me hago es simple ¿qué puedo hacer yo para cambiar eso? consumir menos plástico, usar menos el coche, reciclar, no pensar que mi calle es un estercolero, reclamar el quinto contenedor, ruborizar a los estúpidos inconscientes que se cargan mi entorno, ir a manifestaciones como la del pasado viernes, gastar menos luz, no seguir financiando a esas empresas que pasan de adaptarse a las medidas para que el planeta dure… en general lo hago, pero sí que tengo la sensación de que todo esto, igual que el COP25 le va a valer poco a mi hija.
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