A veces más que idear un disfraz habría que inventarse una nueva personalidad más cívica para algunos.
Muchas veces me preguntan para qué vale la cultura, como si esta fuera un ente perdido y sin ataduras. El adjetivo peyorativo sería snob, el comercial: minoritario… la realidad es que el «pensamiento pro-cultura» está ligado a unas reglas de educación, civismo y modernidad que, más allá del beneficio económico que pueda dar, deja unos réditos de convivencia y civilidad necesarias, y más después de ver como quedaron la Rambla, el Puerto y todas las plazas con planes garrulos de Carnaval el pasado sábado.
¿Qué pasa cuando programas cualquier cosa?
Que la ciudad se llena de ceporros, a los que les importa lo mismo que sus hijos bailen canciones de reggeatón con letras denigrantes, que el criterio de diversión esté marcado por la cantidad de cubatas engullidos (y comprados en las barras adecuadas por Hogueras, concesionarias… para que no te multen)… y así todo.
Resulta nauseabundo la cantidad de guarros por metro cuadrado que habitan la ciudad de Alicante. No es que yo sea el presidente de Green Peace, ni nada por el estilo, pero a estas alturas del siglo XXI no entiendo como sigue habiendo paletos que no entienden que las papeleras, los contenedores y los «baños químicos» están para usarlos. Puedes llegar a ver un contenedor con la parte superior repleta de vasos ¡ya ves lo que cuesta abrir la tapa! gente que se disfraza de futbolista y juega a pegar patadas a la basura y cosas peores que mejor no reproducir.
Da igual que les pongan vasos reutilizables, que peten las esquinas con basureras de tres colores, que hagan campañas millonarias con vídeos para redes y carteles en todas las paradas de autobuses: Alicante está lleno de zafios que ni saben beber, ni saben cuidar su ciudad. No sé como tendrán sus casas pero da asco ver como tiran sus vasos con hielos al suelo, como escupen, tiran colillas, chicles, restos de comida… da igual la edad que tengan: aquí no hay concienciación infantil en las escuelas, los viejos son los peores, y los de edades intermedias no sé en qué clase de estercolero se habrán criado.
Amig@s dais asco y habría que quitaros dos sueldos cada vez que salís a hacer el gilipollas. Deberíamos recopilar todos esos miles de kilos de deshechos que los basureros escoban cada semana y metéroslos en vuestros salones y en vuestras camas a ver qué tal. Para ver si aprendéis, porque está claro que a vosotr@s la letra no os entra, ni con sangre, ni con anuncios, ni a base de romperos los tobillos tropezando con la basura.
¿Alguna vez habéis pensado en vuestro planeta?¿y en los que curran recogiendo toda esa mierda? ¿y en los que tienen que pasar por donde vosotros habéis vomitado o meado? ¿Os gustaría que hoy cuando salgáis a la calle, tuvieráis que esquivar charcos pegajosos, chicles, colillas, cagadas de perro? Ahhh no, que viene el de la escoba y lo pasa…. Por no hablar de la policía, que mucho requisar botellas, pero de imponer la cordura cívica ni hablamos. Y del Ayuntamiento, que lejos de ver el problema sólo se preocupa en ocultarlo hablando de «éxitos» como que a las 8.00h ya estaba todo limpio, o que esta vez se evitó el macrobotellón (en una zona, porque en el Puerto, no).
Lo dicho, ojalá algún día el karma os llene el suelo de vuestra casa de zurullos, potas y restos pegajosos de cubatas y kalimotxos, a ver si así otro años, os disfrazáis de cívicos y no de cerdos salvajes.
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