By Bohemio Lliber…
La gente no lo sabe, o no lo quiere saber, pero Alicante es una ciudad con muchos alicientes culturales. La verdad, estoy cansado de toda esa gente que se queja de que no hay nada que hacer, entendiendo nada como una parte de esa ola mainstream que te impide ver más allá de lo que mamá radio 3, papá 40 principales y el tío «El País semanal» definen como cultura.
Por eso, desde la normalidad, y sin pretender ser un influencer, me he propuesto hacer un alegato semanal de las bondades de la Agenda haciéndoos ver como es mi miércoles (aunque vosotros creo que lo vais a poder leer los viernes). Cojo Alicante Live, me marco mi itinerario y luego, dependiendo de lo que mis amigos y conocidos van a hacer, y lo que la improvisación y el bolsillo me dejan, hago.
El viernes.
Normalmente salgo de currar sobre las 14.00h. Éste, en concreto, tengo comida de empresa. No me apetece un carajo ver a mis jefes borrachos y a mis compañeros aguantándose y menos con la fauna que imagino que saldrá, igual que nosotros.
La cosa es que voy a ver si después del café o con la excusa de que no me gusta el bar donde elijan tomarse los cubatas me puedo escapar sobre las 19.00h y dependiendo de donde esté, elegiré entre un rato de relax con Matthieu Saglio y su violonchelo en la Casa del Mediterráneo, un rato de piano con Benjamin Sun en esa cafetería superchic llamada Sip and Wonder, o vivir una de esas aventuras, a vida o muerte, que supone ver un concierto en el Ocho y Medio. Fario y Monserrat (entrada 7€) lo merecen.
Si encuentro a alguien que me acompañe, puedo cambiar la música por una sesión de teatro en el Arniches con Inestable, de la Compañía Sutottos. Ahora que llega la paga extra me puedo permitir pagar los 15€ (COMPRAR) que cuesta la entrada.
Si acabo pronto, y como me coge de camino a casa, igual hasta hago un doblete y me voy a ver el concierto de Belona en Euterpe.
El sábado.
Es la primera vez que mis amigos me proponen tres planes diferentes para una mañana del sábado. Así que, a esta hora, no puedo deciros si iré a ver la presentación del libro de Zahara en 80Mundos, o alguno de los dos conciertos matinales: Pasajero en Söda y Vera Green en Pynchon. Así que paseandome por el mercado quincenal de la Terra Arrels lo decidiré.
Me tengo que enterar de si se puede comer en el Animal Feel Fest, porque con lo jodido que está encontrar mesa el sábado en todos lados, hay que ser previsor. Si es así, es posible que nos quedemos a ver los conciertos de la Caja Negra. Y sino, algo que no acabe muy tarde como: el Microma ¿qué? de Clown Destino, en el CSC Felicidad Sánchez, una nit de jazz con Nacho Luri, Rafa González & Pablo Mercader en El Refugio de Sant Joan, o igual me paso a ver de qué va eso del Rincón Bohemio que se inaugura el sábado.
Domingo.
El domingo voy a ejercer de tío. Dar un respiro a tu hermana siempre tiene premio, así que, si no tienen algún virus colegial, las voy a recoger pronto y nos vamos a ir a la megasiembra que han organizado en Bacarot. Si no nos manchamos, veré si los llevo al taller de art del mediterrani del MUA (inscripciones) o al Arniches a ver «el traje nuevo del emperador» (COMPRAR ENTRADAS).
La devolución de las bestias tiene como premio una olleta de la Abuela, quien, por cierto, va a ir a ver a su adorado José Sacristán en el Principal (Señora de Rojo sobre fondo Gris (COMPRAR ENTRADAS).
Yo si tengo cuerpo me acercaré al TNT a ver el concierto de Los Vinagres y sino, descanso y a tirar de lectura bajo la mantita. Tengo dos obras de barbudos veteranos alicantinos a estrenar: «La Familia Franco SA», de Mariano Sánchez Soler y «Gracias por estar aquí, historia de la movida alicantina» de JM Esteban Pérez. Antes de que acabe el año caen los dos, así que quizá el domingo sea un buen día para aventurarme a empezar.
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