En estos tiempos en los que cualquier capullo con un móvil se cree fotógrafo cuesta más de lo debido reivindicar la calidad del rendimiento que un experto es capaz de sacar de su cámara. Por suerte, hace seis años, Leónidas Spinelli tuvo la brillante idea de llenar esta ciudad de imágenes, unas encerradas en museos, otras en plena calle, daba igual con tal de que ningún viandante pudiera escapar del influjo de una sugerencia y otras propuestas convertidas en talleres, charlas, performances…
Seguramente entonces, la palabra locura rodearía gran parte de la argumentación de Spinelli cuando empezó a contar en voz alta lo que tenía dentro del melón. Imaginamos que tocó muchas puertas, que tuvo muchas reuniones y que, como nos pasa a nosotros muchas veces, tuvo que creer más que nadie en una ilusión que, en apenas seis años, se ha transformado en realidad.
Hoy el paso a paso nos ha llevado a que marzo no se entienda en esta ciudad sin el Photoalicante. Las subvenciones públicas y privadas han crecido, las nuevas propuestas llegan de Miami, de Madrid… pero un detalle es el que realmente importa, el fotógrafo de verdad, tiene un espacio ubicado en un momento concreto en el que capta la atención de la ciudad más despistada de este país de países.
Lo sabe el Banco Sabadell y su responsable con el apellido cambiado, lo sabe el que hace el Cáterin para la rueda de prensa, el que diseña el cartel, el Ministerio de Cultura, las dos universidades, el Ayuntamiento, el que se las ingenia para meter más de cien eventos en apenas 20 días. Y, de repente, la fotografía pasa de un calendario garabateado a los rincones más inverosímiles de la ciudad.
Da igual de qué partido sea el Concejal, importa poco los conocimientos que tengas de fotografía… si no la buscas, tarde o temprano acabarás en medio de una de las 20 exposiciones, las 14 intervenciones, los cinco talleres… y verás cuerpos en color, en blanco y negro, femeninos, masculinos, sugerencias engañosas y rebelados inverosímiles. Y no, no te ha hecho falta irte a Arcco, ni buscar el consuelo frío del snobismo.
Porque el mérito real del Photoalicante es que ya forma parte de nuestra vida cotidiana. El objetivo de acercar la fotografía al público está ahí y todo lo que necesitas para vivirlo más intensamente está AQUÍ
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