El acto de leer genera, como si se tratase de una exposición química prolongada, «una imagen» en una nuestras cabezas. Se trata, pues, de una imagen silenciosa, aunque genera enorme ruido, una fotografía, por decirlo de algún modo, que parece revelarse como consecuencia de una palabra, un verbo o un adjetivo. Sin embargo, existen casos donde la fotografía y la literatura dialogan, buscan sus correspondencias o afinidades, y sobre todo, discrepan sobre el modo de representar la realidad.

Con este taller intentaremos describir y comentar, a partir de cincos libros, cuyas diferencias son más relevantes que los puntos de unión que podamos hallar, cómo la literatura y la fotografía colaboran y se imbrican para ir un paso más allá. A partir de la lectura y visualización de las imágenes, tratando de categorizar sucintamente sus principales características, redactaremos nuestros propios textos, a partir de imágenes o acompañados de las mismas, para ejercitar nuestra «auténtica visión de las cosas».