La única vía, la solución más viable:
l@s artistas deben tomar la calle.
Como reivindicación, o como solución, cuando todo pase, el único espacio libre donde poder expresarse será la calle. Da igual la fase en la que nos encontremos y que teatros, y bares, intenten imaginar que en la mal llamada «nueva normalidad» todo volverá a ser como antes. Porque no es así, y cuanto antes lo asumamos,mejor.
Se avecina un verano de cine estival con mascarillas, poca práctica de inglés,alemán y noruego, hostias por tener más metros de terraza e incertidumbre por saber si vamos a tener huecos donde poner nuestras toallas o vamos a tener que reservar rectángulos de arena a través de Internet para tostarnos al sol.
Nos tememos que el resto de vaticinios tienen más de interés comercial por vender normalidad, que otra cosa. Así que, como aún quedan presupuestos de cultura que gastar, quizá deban empezar a plantearse dos cosas:
- Llenar las calles, parques, paseos marítimos, paradas de Tram, terrazas… (únicos sitios que van a poder congregar hasta 200 personas) de «espacios reservados para la cultura», contratando legalmente a todos esos artistas que se han quedado en el limbo de estas ayudas, ERTES y Pagas.
- Utilizar el resto de espacios, que no van a poder programar porque sería estúpido gastarse millonadas para sólo llenar el 40% del aforo, para «becar» a compañías de danza, teatro, circo… y solucionar uno de los grandes déficits de esta provincia: la disponibilidad de tiempo y lugares para la creación.
Medidas puede haber muchas más. Podemos manifestarnos, seguir regodeándonos y quejándonos… Pero el dinero, ya escaso de por si, se ha utilizado para otras cosas durante la crisis y sondeado el mundo artístico local, hay un deseo (que veremos si se materializa) de dignificar y legalizar la situación que les ha llevado a estar como están. Además, durante la pandemia han evidenciado las ganas de trabajar que tienen y habría que agradecerles de alguna manera habernos entretenido durante este encierro forzado.
Así que instamos a las autoridades, que han tenido un largo tiempo de reflexión cobrada, y a los negocios que necesitan atraer consumidores, a que inviertan en cultura local, inyecten pasta en fomentar las artes y evitar que se mueran y entretengan a todos los que vamos a quedarnos sin viajar, sin alquilar apartamentos y sin poder ir al teatro este verano, aprovechando algo que, por suerte, no nos pueden quitar: el sol.
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