Llevar la contraria es el sino que ha removido la vida de las ciudades desde hace siglos. El movimiento cultural está intrínsecamente ligado al social, al comercial, al crecimiento económico, al desarrollo de los barrios y a la felicidad de la gente. Aunque algunos se han empeñado en olvidarlo
Las prisas lo han reducido todo a fardar de tiempo libre a base de fotos subidas a Instagram, videollamadas con amigos o sentimientos compartidos a través de Whatsapp. Se podría decir que lo moderno es buscar en un móvil lo que ya pasa delante de ti y te pierdes, justamente, por no mirar donde deberías.
Suena demasiado triste, pero ahora que podemos brindar de pie, el abanico de opciones crece, aunque muchos se hayan quedado estancados en la simpleza de buscar en la lisergia y en el alcohol, lo que el cuerpo humano segrega naturalmente.
Obviamente, lo difícil es encontrar con qué, y que ese qué esté al alcance de tus manos, porque a mí me encanta viajar a Japón, pero no tengo ni tiempo ni dinero, para pasarme la vida yendo y viniendo al país del sol naciente.
Por eso, tengo la mala costumbre de DEJARME LLEVAR. Descubrir cosas nuevas, experimentar y buscar conversaciones diferentes en sitios alternativos en los que es más fácil encontrar afinidades que en selvas masificadas por las modas.
Para mí, eso es el Atiende Alicante. Un filtro. Combinado con música de bandas que nunca he escuchado en directo. Porque el sonido crudo, en vivo, es el que hace que mi cuerpo segregue endorfinas.
Empiezo a ser viejo y en mis tiempos mozos vivíamos de eso. De descubrir, de buscar, de atrevernos a hacer cosas diferentes. Con eso subsistían los bares, las salas de conciertos, las librerías, los teatros y la parte de los libros de historia que cuentan como nacen las revoluciones. El mainstream era el boca a boca. Y no hacían falta influencers que ratificaran lo que es bueno y lo que no. Tenías la difícil tarea de decidirlo tú.
El Concierto…
En esas aventuras he encontrado al amor de mi vida, a mis mejores amigos y el espacio del que nacen mis mejores recuerdos.
El último data de una noche de viernes con Les Conches Velasques. Un grupo aragonés de psicodelia mudéjar mezclada con rudeza rural. Intensa en todos los sentidos. Y con mensaje. Algo importante, esto último, teniendo en cuenta el tiempo que requiere leer y descifrar si lo que el autor quiere decir tiene algo que ver con lo que a ti te sugiere.
Lo bueno de todo esto es darte cuenta de que no hace falta que nadie te diga cómo o a qué jugar, eres tú quien degusta, quien descubre y quien experimenta las cosas. Y luego, dependiendo si vas o no acompañado: lo compartes.
Seguramente la clave de FA del Atiende Alicante resida en la magia de pasar del crudo desconocimiento a volver a masticar las cosas por ti mismo. Ellos proponen y tú acumulas tus propios argumentos… y juzgas. Si eres observador trazarás líneas entre lo que ves, lo que escuchas y lo que el resto de tus sentidos acaban sintiendo. Y luego harás tu pertinente comparativa con lo que tus gustos te soplan.
Por ejemplo, quizá nadie se dio cuenta, pero en el fondo del escenario había unas plantas de interior, decorando los huecos entre los amplis y demás bártulos musiqueros. Si cerrabas los ojos, y buscabas similitudes entre lo que oías y lo que tú has vivido, se te iba la mente a esas huertas romas de La Almunia, o al silencio de Belchite cuando buscas las psicofonías que sólo encuentra Iker Jiménez.
Con aire rural y añorando la parte áspera de los vinos del año de Cariñena, la música suena diferente. He ahí el vínculo. O el contexto, que también importa.
Con él aprecias la dificultad de cantar con voz de jotero, mientras tocas ritmos enrevesados con la batería y el resto atrona las partes blandas de cada canción con distorsión, reefs de bajos y notas de regadío antisequedad. Los ritmos arabescos se mezclan con excentricidades baturras, mientras Fernando (de Aragón), haciéndose notar en la primera fila, conversa con el cantante entre canción y canción.
Letras de Agapito Marazuela se mezclan con filosofía árabes, mientras la gente duda entre levantarse (ahora que se puede) o quedarse sentada. El vínculo entre músicos y público va creciendo. A falta de cerveza, seguimos acumulando detalles. La camisa rural del cantante, la barba hipster del guitarra, el juego de reconocer las canciones que nos ha dado tiempo a escuchar en el Bandcamp… y sucesión de saludos efusivos, con «los raros» de Alacant, en un repertorio que se queda corto.
El cantante, única voz de la banda, enlaza una peculiar, y cruda, sinceridad con esa humildad que muchas bandas pierden cuando la fama les aleja de la tierra. Vienen de «profanar el Pilar», de poner «fluorescencia» al trayecto que nos une y nos separa, y de olvidar lo que señalan las «flechas».
La psicodelia no estará de moda, pero cada vez tiene más adeptos. Entre ellos uno que se fue feliz a la cama el viernes. El trance profano queda clavado en mi tímpano.
Conclusión: La experiencia, ha merecido la pena.
PRÓXIMAS CITAS
Isasa
- Día: 6 de noviembre, sábado
- Hora: 12.30h
- Lugar: Palacio de Portalet (Alicante)
- COMPRAR ENTRADAS
Tarta Relena
- Día: 20 de noviembre, sábado
- Hora: 12.30h
- Lugar: Palacio del Portalet (Alicante)
- COMPRAR ENTRADAS
Sandra Monfort
- Día: 4 de diciembre, sábado
- Hora: 12.30h
- Lugar: Palacio de Portalet (Alicante)
- COMPRAR ENTRADA
Candeleros
- Día: 10 de diciembre, viernes
- Hora: 21.00h
- Lugar: Las Cigarreras CC (Alicante) – CASA DE LA MÚSICA
- COMPRAR ENTRADAS
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