Las burbujas sólo engañan a los tontos y tras varios meses mareando la perdiz, Sevilla será la sede de la ESA y A Coruña será el centro neurálgico de la Inteligencia Artificial en España. ¿Sabéis cuál es «el problema» de presentar un proyecto? Que quien lo juzga tiene los argumentos para rebatir esos errores que la prensa y la ciudadanía de esta provincia parecen no querer ver.
El sino de las dos grandes ciudades de la provincia de Alicante se parece al de un mal jugador que, cuando tiene algo de dinero, lo apuesta al tuntún y va promulgando a los cuatro vientos que tiene una fortuna que cambiará su futuro y lo hará mejor persona, más grande, más guapa y más todo. Y si tu proceder es: «Si sale con Barbas San Antón y sino La Concepción» el resultado final no debería sorprendernos tanto.
Por suerte o por desgracia, la realidad pone a cada uno en su lugar. Y aunque pronto volverán a copar portadas con otra jugada de birlibirloque que tape la anterior, siendo la ciudad 11 con más población (Alicante) y la 19 (Elche), podríamos buscar una realidad más mundana a la que agarrarnos, o al menos, podríamos esforzarnos en crear un eje más consistente entre dos ciudades separadas por apenas 20 kilómetros, que parecen no entender la importancia de sumar, en lugar de competir.
Es obvio que la cultura del pelotazo está más que asentada por estos lares. Y seguimos dilapidando millones de euros anuales en mantener a flote una mentira que cambia de cara cada año, sin pensar que esos proyectos tardíos, restan esfuerzos y medios a otros más pequeños que no se llevan a cabo por falta de financiación.
Innovar sería cambiar la perspectiva común. Educar en una nueva visión del futuro y hacer apuestas firmes a medio-largo plazo, que duren más de lo que dura una legislatura. Pero igual eso acabaría con la mediocridad imperante en nuestros gobernantes. Hay mucha gente por ahí, tratando de romper la endogamia que hace que cuatro paletos con suerte (que todos conocemos) copen la exclusividad de dibujar bocetos mal hechos usando el cine, la sostenibilidad, la Inteligencia Artificial y otros fracasos, como tapadera para sus negocios.
La magia no existe. Y las luces de Navidad no tapan la incompetencia de no saber leer la realidad de las ciudades que gobiernan. Todos, sin excepción, pasan más tiempo del debido mirándose el ombligo, o criticando en otro los defectos que pueden ver mirándose al espejo.
La verdad, clama al cielo, como después de lo obvio, los caraduras salen a quejarse del resultado como un mal perdedor que no asume que la derrota no es más que una cura de humildad y una oportunidad para revisar la forma de cambiar los procedimientos, las caras, los proyectos y la vida. Es simple didáctica, o más bien, debería ser el punto de partida que mide las capacidades de nuestros políticos y los empresarios de pacotilla que les rodean.
Los errores no se tapan con un palacio de Congresos, ni con un belén de 29 metros. Que no haya una oposición seria no significa que no podamos hacer un juicio de lo que han aportado en cuatro años, para que los siguientes, ganen o no, no repitan sumisiones a fiestas, burbujas explotadas, cortoplacismos y falta de cultura (en todos los casos que te imagines).
Tú exige, porque ahora es el momento. Nosotras, desde aquí, intentaremos desgranarte cada uno de los programas electorales para estar al quite los próximos cuatro años. Entre otras cosas, para que no nos hagan partícipes de sus fracasos personales. ni de sus errores. Porque aunque la grandilocuencia les ciegue, Alicante y Elche no se parecen demasiado a lo que ellos ven. Y esa lacra lleva ya demasiados años empequeñeciendo nuestra posibilidad de crecer. Porque para hacerlo hay que ver el camino y entender el mensaje. Y seguramente, he ahí el miedo real del político: que veamos que tras los anglicismos y los diminutivos, ni hay empresas, ni hay dinero europeo, ni nos merecemos proyectos que no hemos trabajado lo suficiente para conseguir.
Investigaremos lo que ha costado todo esto, para ver si así lo entendéis mejor…
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