La palabra éxito queda desvirtuada cuando se usa con demasiada frecuencia. Y más cuando se refiere a nimiedades que tendría más sentido adjetivar con composiciones como «buena acogida», «respaldo popular de» y cosas así. Más, cuando ese «éxito» no viene avalado por un número notable y todo se limita a cuatro fotos de un momento concreto, o a la presencia de una serie de personajes ilustres en concreto.
Con todos mis respetos, y después de haber visitado la exposición del 175 aniversario del Teatro Principal , hablar de éxito al repaso por su historia, explica a la perfección porqué se ha «dejado ir» uno de los grandes emblemas de esta ciudad. Por falta de ambición y falta de puesta en valor de algo a lo que habría que dar más bola que a una exposición.
Sin director desde hace más de dos años, siendo titular más por disputas entre instituciones que por la calidad de su programación y con una programación cutre, para viejos y alejada de muchas de las cosas que cuecen a fuego lento en la ciudad sin ayuda, registro, ni nada del otrora gran centro neurálgico de la vida cultural de Alicante.
Se sobreentiende que, como hice yo, lo más granado de la cultura local pase por la Lonja del Pescado de aquí al día 18 de abril. El problema es el reflejo de la distinción entre lo que el edificio y su contenido significó ya no se corresponde con lo que hoy en día aporta a Alicante. Ni se ha modernizado, ni se ha adaptado a los nuevos tiempos, ni hay un riesgo implícito por los nuevos lenguajes de la dramaturgia, ni tienen cabida las producciones locales en sus tablas.
Así que, irónicamente, ver el recorrido de 175 años de historia, deja la pregunta de por qué un símbolo que era uno de los grandes atractivos para gente de todos los lugares de la provincia, y de fuera de ella, ha pasado a estar a la sombra de otros Teatros con menos presupuesto (pero más imaginación).
En medio del debate sobre qué va a pasar con La Muestra de Teatro, viendo la poca repercusión de un FITCA que se presentó con la intención de ser el tercero en discordia de los festivales de teatro clásico de España, con decenas de retrasos y suspensiones acumuladas en los últimos años, con una reforma necesaria desde hace décadas, que siempre se dice que se va a hacer y nunca se hace, y sin una voz autorizada que vaya más allá de siglas políticas, o de los intereses de un banco que sólo mira el balance de beneficios, la Exposición del 175 aniversario sólo puede darte pena. Eso, claro está, si realmente valoras lo que esa historia significa.
La exposición
La exposición se distribuye en cuatro espacios temáticos. El primero está dedicado a la publicidad del teatro desde el punto de vista histórico de la comunicación, y está planteado cronológicamente. Se ilustra con más de 130 imágenes de los siglos XIX, XX y XXI. El segundo se centra en la historia, arquitectura y la ciudad, y contiene planos y fotos.
El tercer espacio pone en valor una selección de imágenes del Diario de Actuaciones del coliseo, en el periodo comprendido entre 1847 y 1962. La última de ellas reúne estudios y trabajos relacionados con el Teatro y que se aglutinan bajo el enunciado “Publicaciones e investigaciones”. La muestra está impulsada por la Concejalía de Cultura, dirigida por Antonio Manresa, con el respaldo de la Fundación Mediterráneo.
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