Hacía tiempo que no iba al Adda. Pero tratándose del primer concierto de la nueva normalidad en España, me pareció una buena ocasión para reconciliarme con la música clásica y, de paso, para quitarme el mono de directos sin pantalla de por medio.
Resulta extraño ir con mascarilla, los hidrogeles, acomodarte en tu asiento asignado con el pertinente control exhaustivo y necesario, mientras a tu alrededor ves demasiados asientos vacíos (por cuestiones de seguridad). El minuto de silencio de recuerdo fue una ruptura de la muralla de contención que cada cual ha construido a su manera estos días. Pero todo éso queda en un segundo plano cuando la música empieza a sonar.
Normalmente, cuando iba a un concierto de música clásica me llevaba el programa estudiado, pero ¿sabéis qué? uno, a veces, tiene que aparcar su condición de periodista y darle un margen a la sensibilidad que durante más de 80 días hemos tenido a flor de piel. Cerré los ojos y me dejé llevar durante casi dos horas de paz y tranquilidad.
Tras ellas, os puedo ratificar que ADDA- Simfònica ha sido la mejor idea que han tenido en años en la Diputación. Básicamente porque reduce ese camino, desconocido aquí,que hay entre la calidad de lo profesional y todo lo que el que no tiene educado el criterio, que, por desgracia, son mayoría en estos lares, entiende por cultura.
Imagino que tras tantos meses de encierro, la evidencia de la necesidad global de respirar artes se hizo latente en la interpretación de quienes se han pasado meses ensayando por zoom, en casa, y los que aplaudimos con la rabia acumulada de toda esta lección desde el encierro. Parecía que la Sala Sinfónica estuviera llena y que éso de «renacer la música» hubiera sido efectivo como bálsamo, como saciador de sed y como terapia.
La historia de este Beethoven 250 se repite los días 19, 20, 21, 26, 27 y 28 de junio. Y aún queda alguna invitación en la web del ADDA. Yo repetiría, pero creo que viendo lo efectivo del tratamiento, igual que he recomendado a mis amigos que lo prueben, os lo recomiendo a vosotros.
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