Aunque no especifique medidas concretas, ni haya contado con el consenso de todos los partidos que hace nada votaron crear una comisión para la «desescalada»… es una buena noticia que el Ayuntamiento de Alicante haya guardado una partida de 25 millones de Euros (anuales) para poner en marcha el Primer Plan de Inclusión Social de la ciudad.
Habrá que ver que opinan todas las asociaciones que han puesto el grito en el cielo al ver rechazadas demandas tan simples como encontrar espacios donde guardar la comida que muchos ciudadanos han donado desinteresadamente. Pero de momento, en genérico «el plan contempla actuaciones para luchar contra la desigualdad y ayudas a las familias vulnerables en el periodo 2020-2030 y prevé para los cuatro años de esta legislatura emplear cerca de cien millones de euros en políticas sociales».
A veces, no todo es dinero en la vida, y más que la cantidad, habría que ver si hay calidad en las propuestas para gastárselo y si esas más de 300 personas encargadas de desarrollar el plan, tienen en cuenta la realidad de los que realmente sufren el problema de no poder llenar sus platos de comida.
El séquito del alcalde, se vanagloriaba ayer de su capacidad para que estas prestaciones, ayuden al acceso a la vivienda, generen empleo, activen la formación y la cultura y no descuiden la educación. Pero, en general, las consecuencias de la crisis no vienen de la ausencia de medios, sino de la incapacidad de generarlos cuando todo pase. Por lo que corremos el riesgo de que, mal gestionado, ésta sea la enésima versión del «pan para hoy y hambre para mañana» típico de Alicante.
Veremos si, aparte de llenar neveras, empiezan por legalizar y facilitar la situación de los que estos días hacían cola en los comedores sociales (artistas, vendedores ambulantes, falsos autónomos, empleados en negro de este turismo que beneficia a cuatro…). Tampoco estaría mal un replanteamiento del modelo económico de la ciudad. Y ya que es un plan a 10 años vista, podamos ir perfilando un Alicante en la que desaparezca el cortoplacismo, la burbuja inmobiliaria, los barrios ignorados o los comercios que abren, para cerrar por falta de liquidez.
Si algo ha demostrado la crisis es la incompetencia de muchos profesionales de la política a los que el cargo les viene grande. Y en Alicante, hemos tenido vicealcaldesas que se aburren, concejalas que la lían en la radio, paletos encorbatados a los que no se le puede sacar de la zona acotada de las mascletás u otros que, se han limitado a cobrar sus sueldazos mientras se pasaban horas en twitter criticando gestiones ajenas, claro está, sin dejar una parte de esa crítica exacerbada para la propia, e invisible hasta ahora, gestión.
En fin, que lo mejor de la rueda de prensa de presentación, fue la cantidad de veces que se utilizaron palabras como trasversal o colaboración entre concejalías. Algo que, a lo largo de la historia, ha acarreado un sinfín de problemas a mucha gente.
Confiemos en que los Técnicos competentes, que los hay, sepan gestionar todo este presupuesto, que la oposición espabile de una puta vez, para pactar, o para estar atento a que, al menos, no seamos portada de los telediarios por las corruptelas y que los medios, que en esta crisis de noticias han dado mucha bola a las asociaciones desbordadas y sin ayuda pública, sigan dando voz a quienes no tienen pelos en la lengua para denunciar burradas e injusticias.
Para finalizar, como siempre, se ha hablado de un PROCESO PARTICIPATIVO. Esperemos que, como pasa en todas las iniciativas culturales promovidas por el ayuntamiento, esa participación ciudadana sea efectiva y no una forma de hablar.
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